De la fiesta a la pesquisa

De la fiesta a la pesquisa

Agencia Reforma �/�Daniel de la Fuente / Corresponsal

Ciudad de M�xico, M�xico�(30 agosto 2013).- 00:00 AM

Va camino a la Facultad de Leyes. Mochila al hombro, no se le percibe apremio por la hora, aun y cuando presentar� un examen. De un tiempo a esta parte, la agenda de Jorge Ver�stegui Gonz�lez no es igual a la de otros estudiantes de la Universidad Aut�noma de Nuevo Le�n.

En realidad no es la misma desde la noche del 24 de enero del 2009 en que una llamada lo despert� para avisar que su hermano Antonio Ver�stegui Gonz�lez y su hijo Antonio de Jes�s, entonces de 50 y 18 a�os, hab�an sido privados de su libertad a su regreso de un rosario en el Rancho Boquillas del Refugio, en Parras de la Fuente, Coahuila, de donde aquel joven, tambi�n de 18 a�os entonces, es originario.

"Mi hermano y mi sobrino ven�an con otros familiares y amigos de ese rosario y los detuvieron gente que al parecer tra�a chalecos de la AFI. S�lo se los llevaron a ellos", cuenta Jorge, de ojos y cabello ensortijado muy negros, y quien debi� calmar a su madre por la hipertensi�n e iniciar el camino de b�squeda de un familiar desaparecido, un t�nel por dem�s oscuro en M�xico.

Al d�a siguiente, Jorge y su parentela -�l es el menor de 13 hijos- hicieron un plant�n afuera de la Polic�a Ministerial y un comandante les revel� que al parecer los delincuentes se hab�an equivocado; que hab�an "tableteado" a sus familiares, pero que volver�an, por lo que les recomend� retirarse. La familia no accedi�.

Antonio y su hijo no volvieron. En su declaraci�n, el ministerial neg� todo. Luego, trascendi� que los secuestradores eran polic�as municipales.

Inquieto, Jorge, un chico que acababa de terminar la prepa t�cnica m�dica en Monterrey y que desisti� de estudiar esta carrera debido al tiempo tan prolongado, por lo que se inscribi� en leyes, se aboc� a hacer antesalas y pedir informes en vano. En la ruta, conoci� a otros familiares de personas desaparecidas. Eran los d�as del repunte tremendo que, a la fecha, tiene a Coahuila con casi dos millares, oficiales, de personas ausentes, aunque los familiares estiman m�s.

Aquel joven al que le gustaba disfrutar de la m�sica norte�a, las fiestas y andar con amigos debi� hacer a un lado su rutina para sostener reuniones con funcionarios y compartir noticias sobre avistamientos de desaparecidos, fosas comunes en otros estados, cifras y m�s cifras de levantones.

"En casa nos mantuvimos juntos, pero es com�n la desintegraci�n de familias", comenta Jorge, de playera, mezclilla y tenis.

"La mam� se queda sola en la b�squeda, los otros hijos se retiran. No s�lo es la vida del desaparecido sino la del que se queda la que se va corroyendo", asegur�.

Cada vez fue m�s com�n la reuni�n de Jorge con familiares, los cuales, apoyados por el Centro Diocesano para los Derechos Humanos Fray Juan de Larios, lanzaron Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila (FUUNDEC), que al tiempo replicar�a en organismo a nivel nacional y otro en Nuevo Le�n, todos orientados �nicamente a buscar desaparecidos.

"Yo no era defensor de los derechos de los humanos", escribi� hace poco Jorge en su Facebook, uno de sus rings de batalla.

"Pudiera decir que era un ciudadano que cre�a que exist�a la justicia y en las instituciones, y disfrutaba de mis 18 a�os", agreg�.

Ha asistido, reconoce, a reuniones in�tiles con procuradores, subprocuradores, gobernadores e interinos, delegados de la PGR y ministerios p�blicos. Al respecto, la activista Cordelia Rizzo dice que da coraje que un chico tan joven y l�cido sea el que encare a los Moreira en Coahuila.

"Es abogado por vocaci�n, pero la desaparici�n de su hermano lo ha volcado hacia el estudio de los derechos humanos, el derecho constitucional y obvio el derecho internacional, y ha sabido hacer equipo en FUUNDEC, que se destaca por ser una organizaci�n que potencia la voz de las mismas v�ctimas".

Sin embargo, agrega Cordelia, esta lucha le ha quitado mucha juventud a Jorge, porque muy pronto se percat� de los vicios de las autoridades y de la nula voluntad pol�tica por buscar a los desaparecidos.

Leticia Hidalgo, madre de Roy Rivera, universitario de Letras desaparecido el 11 de enero del 2011 y quien representa al organismo en Nuevo Le�n, dice que Jorge merece un "honoris causa" por su entrega.

"A su corta edad, ha sostenido argumentos profundos frente a gobernadores, procuradores y personas con cargos en organismos internacionales. Es nuestro joven viejito. Adem�s, hasta en crisis psicol�gicas con las familias nos ha ayudado, es enfermero, y entiende tan bien lo que sentimos las mam�s que le digo 'de todo lo que eres: psic�logo, abogado, enfermero, �tambi�n eres madre!'". Adem�s de admirarlo, lo quiero".

Aunque decepcionado, Jorge tiene esperanzas. As� lo escribi� en julio al cumplir a�os su lucha en FUUNDEC.

"Hace cuatro a�os una voz sali� de mi boca dejando aturdido al miedo, a mi juventud, a mi misma vida para exigir 'JUSTICIA', una palabra que ser�a parte fundamental de mi nuevo lenguaje".

As� nacen los defensores de derechos humanos en M�xico. Ese d�a, por cierto, adem�s de todo lo que carga en su mochila de anhelos, Jorge no lleg� tarde a su examen.